lunes, 17 de marzo de 2008

La resistencia frente a la banalidad

(1ra revisión)

Me han tocado vivir tiempos duros, tiempos de debacle. Lamentablemente en mi entorno observo la decadencia en términos éticos, morales e incluso legales. Debido a que la apatía no es una de mis desvirtudes, quiero dejar de ser un agente pasivo y colaborador de dicha banalidad que me rodea a mi y a mi entorno, hacer algo constructivo y resistirme a la decadencia. Además siento una culpabilidad pasiva por la creación de esta banalidad y por ende responsable de erradicarse. No obstante, si bien tengo claro la necesidad de resistencia, veo muchas formas de resistir, muchas formas de hacer frente a la banalidad...desde una resistencia a todo dar hasta la resistencia de caracter maquiavélico:

Maquis - La résistance française: Una resistencia total




Luchar frente a la banalidad que me rodea a través de una resistencia "armada", conjunta y grupalmente variopinta. Una resistencia que implica enfrentar la banalidad como guerrilla, con un grupo que tenga en común la repulsión hacia la banalidad. La resistencia se enfrentaría a la banalidad golpeando sutilmente y sistemáticamente en un inicio y, cuando lo amerite, frente a frente en un conflicto total y frontal. El objetivo final de dicha resistencia es aplastar y erradicar la banalidad.
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Como ventaja esta resistencia puede tener resultados favorables en términos de influencia y poder, ya que como grupo se pueden lograr grandes resultados; la voz de un grupo, especialmente si tiene legitimidad, puede ser muy poderosa y hacer un eco sin precedentes. Por otro lado, la principal desventaja de una resistencia de este tipo son los conflictos de intereses dentro de un mismo grupo, conflictos por diferencias tanto de forma como de fondo. Esto sucede debido a que el motor denominador es la pasión contra la banalidad; sin embargo no hay una ideología u otro medio estandarizador que permita que el grupo tenga un norte y una forma sistemática de atacar la banalidad. Esta falta de concenso y disidencias pueden ser de caracter mortal para la resistencia y conllevar al fracaso.
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Los conflictos de intereses dentro de una resistencia total traería como consecuencia entrar en un juego de poderes y en un baile de máscaras (léase hipocrecía) y terminar convirtiendo al conflicto contra la banalidad en una "campaña" que podría llegar a todas partes y a ningún lado como norte, es decir una resistencia por la mera y terca necesidad de "resistir", con 2 enemigos en común: la banalidad y el grupo mismo.

Capitán Harlock (o Raymar para algunos): Una resistencia fantasma, una resistencia del corazón



Una posición lamentablemente derrotista, pero unipersonal. Puede ser que mi afrenta frente a la ola de banalidad que invade mi entorno sea imposible de detener. A veces, no importa el deseo ya que el sistema, la ola, la vorágine o la nova sobrepasan incluso a la voluntad más férrea (concepto tal vez fatalista, sin embargo se puede dar en la realidad). Aceptar eso de antemano quiere decir que cualquier lucha y afrenta, directa o indirecta, está destinada al fracaso.
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No obstante; la moral personal, el deseo de proteger lo correcto, lo justo y lo excelente; a pesar de la adversidad; es un deber sagrado, a pesar de que a largo plazo la suerte está echada (ya que la derrota es innegable por el paso del tiempo). El concepto del deber frente a la adversidad, puede hacer que se luche y se resista como "abanderado y símbolo", dentro del corazón y como un modelo al resto frente a la banalidad (es decir como Harlock, un pirata del espacio para algunos y para otros como el último abanderado de decencia que queda en la tierra).
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Si bien la banalidad nos cubre y no podemos hacer nada, podemos no aceptarla y negarla en nuestros corazones por el amor a todo lo que la ausencia de la banalidad representa. Este tipo de resistencia, a diferencia de la resistencia total, tiene como objetivo que la banalidad no "triunfe" por completo, de que la banalidad no sea omnipresente. Es una resistencia por deber, pero carente de esperanza, es hacerlo porque uno no quiere que la banalidad sea total.
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Este tipo de resistencia individual representa la respuesta del objetivismo frente a un colectivismo sin sentido al estilo de los personajes de las novelas de Ayn Rand, como el arquitecto Howard Roark en su afrenta en contra de la mediocridad colectiva o como John Galt y su defensa del postulado aristotélico "A es A" con respecto a la naturaleza humana. Esta revolución individual es una querella para defender lo correcto y la moral que han sido reemplazadas por la impunidad y el facilismo por el "bien colectivo".
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Sin embargo, este tipo de resistencia unipersonal termina cuando la persona que resiste termina por desistir o muere. Además, esta resistencia es de caracter moral, de principios, pero no busca terminar con la banalidad. Citando al buen Harlock cuando le preguntan porque pelea, porque se resiste: "Si te lo dijera, no lo comprenderías."

El Barón Ungern Von Sternberg: La resistencia aristocrática, la resistencia contra-resistencia


Interesante ejemplo histórico es el del Barón Ungern Von Sternberg, el Barón Sangre. En 1917, este aristocrático de la vieja guardia, al estar en contra de los bolcheviques y de la división blanca "ex-ante" oficialista, decidió crear su "División Salvaje", La división de caballería asiática, para salvar la sociedad occidental de la decandencia y corrupción a través de la reinstauración del orden a través de la monarquía. Fue una resistencia de forma y de fondo en contra de las revoluciones socialistas bolcheviques que pululaban Europa Oriental luego de la Primera Gran Guerra.
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Ungern Von Sternberg creía firmemente en que el mundo occidental necesitaba una revolución, pero a su vez creía que la monarquía aristocrática (la del concepto griego) era el único postulado y bastión de orden posible dentro del caos colectivo y banal que los bolcheviques propugnaban. En base a esto el Barón Ungern Von Sternberg creó una resistencia bajo sus términos, sus objetivos, rodéandose en un inicio de los aristócratas y soldados que tenían los mismos ideales que él. En un inicio logró mucho con su resistencia al convertirse en el monarca de Mongolia en 1921 y en el bastión en contra de la banalidad colectiva del resto del mundo.
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Si bien, el Barón Ungern Von Sternberg tenía grandes excentricidades; como por ejemplo creer que era la reencarnación de Genghis Khan; ello no desmerece su resistencia contra-resistencia. Tal vez el Barón y su excesivo sincretismo de ideales nacionalistas ruso-mongoles-chinos desvirtuaron su camino, no obstante decidió resistir y hacer lo que él consideraba que era correcto y eso era detener el avance de la banalidad socialista.
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Podría seguir el ejemplo del Barón y crear una revolución de fondo y de forma, que esté acorde a mi forma de pensar y que no sea una resistencia "por resistir". Una forma de resistir que podría ser incomprendida por el vulgo, pero que sea correcta dentro de mi corazón y dentro del corazón de los que sigan la idea de la resistencia. No obstante, la debilidad de esta resistencia y el error fatal del Barón Ungern Von Sternberg es la necesidad de fuerza a través de adeptos y de convertir este tipo de resistencia a una "resistencia total".
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El Barón Ungern Von Sternberg tuvó que rodearse de soldados que no compartían su sueño y que al final terminaron traicionándolo. Una resistencia para que pueda tener éxito necesita de personas que ayuden que esta empresa se pueda llevar a cabo bajo el riesgo de que estas no compartan realmente el fondo y la forma de la resistencia. Lamentablemente esta resistencia al ser tan "sui generis" sufre de la necesidad de "mano de obra", más que en la resistencia total o en la unilateral.

Lorenzo de' Medici: Equilibrio de poderes, la danza de los actores en la palma del iluminado.


No tan resistencia, sin embargo el lograr el equilibrio de poderes, una especie de "pax" en la cual los actores danzan como los peregrinos en la mano de Buda, de la cual no pueden escapar. El florentino Lorenzo pudo lograr el control total de los comerciantes, los lombardos, el clero e incluso los disidentes de su propia familia para lograr el control total de la Florencia comerciante y variopinta. Lograr un equilibrio de poderes a través de la manipulación, política y una danza de máscaras tiene un fin loable, sin embargo la forma de llegar a dicho "equilibrio" es ruin y lamentable. Algunos pensarían que el bien mayor vale dicha senda, pero dentro de una moral objetivista, es inaceptable.

Al margen de que idea de "resistencia" elija, me pongo a leer toda la maraña de ideas caóticas y desmesuradas en vueltas, y me pregunto ¿está bien toda esta "filosofía ociosa" sin que haga realmente algo al respecto frente a la banalidad? Espero que esta disertación entre mis estados de conciencia me permita dar el primer paso...empezar a resistir.

Magill Umbra