domingo, 10 de abril de 2011
Un rápido análisis de las elecciones en el Perú
sábado, 1 de agosto de 2009
The Tales of the Harlot & the Harlequin
Thank you, Rachel.
Begone, Harlot. The stage grows tired of your unprovoking pole dance and your audience has long since departed.
Unsure of what you want or desire, you take what life gives you: the Fruit of Pleasure in any way, shape or form. That’s your nature, my precious Queen.
Being an object of desire, your Beauty is without peer, but your own desires and dreams wane in comparison of your Splendor, my beautiful raison d’être.
You dream to escape being an object and settle down in a cerulean sky of peace. Nonetheless it rests in a resolution that is not your own. Your hopes reside in the actions of someone outside of your circle of control.
You hope to catch up with the key of your dream and at the same time not willing to let go the Fruit of Pleasure. That antithesis defines the very core of your simple existence.
A simple existence, devoid of the threads of fate and full of plainness is your greatest bliss and your greatest curse.
Will you try to change your nature, dear Harlot? Until the resolution of your dream is not your own, your life will be the simplest ever. So how it will be?
The Performer
The threads of fate are too strong for you. The sweet release from fate is just a delusion for you, my little Marionette.
To be a slave of your passion and the devotion to an uninterested crowd is a sad jest that suits you very well, my Pierrot.
Craving for a standing ovation, the manifestation of The Love you have desired so much, that have been denied by the writing of the stars; you gave it all in an unending and passionate performance.
Reminiscent of the past long gone, you crave for the pleasant moments in the past; nevertheless you tend to forget the pain you lived before. This is your sad consolation, for the stigma that burns and beats in the core of your existence.
Only a White Requiem, a colorless funeral march, will suit you in your undying loneness. The conflagration in your heart will be the Pyre and the Burned Effigy of your unanswered dreams.
Will you try again, my Harlequin? Remember, what you want is not the same that what you are meant to be. Maybe, by the time you go back to the stage, at least hope to be as cold as Selene that lights the azure sky.
Magill, the Pierrotlunes, 20 de octubre de 2008
Viviendo en el pasado como El gran Meaulnes
"Este fue uno de mis primeros textos que hice para este blog. Aún de carácter halciónico e indigno de ver la luz pública, fue publicado en la edición número 98 de la revista Punto de Equilibrio de la Universidad del Pacífico Lima-Perú .
Espero que sea el primero de muchos más escritos que logren motivar a quien lo lea un poco de meditación, interpretación; pero, sobre todo a que llegue a su propia respuesta a la interrogante que casi siempre planteo y dejo en el tintero en lo que plasmo y figuro en mi limitado lenguaje escrito."
Por: Gino Bragagnini - Escritor
La vida ha cambiado. Si la miramos retrospectivamente y la comparamos con nuestra existencia actual, con certeza se puede afirmar que esta ha cambiado. Puede ser en un nivel de detalle o en uno radical, pero nuestra vida nunca es monótona.
Desde cosas triviales como con qué personas interactuábamos hace un año en relación a hoy, hasta las horas que programamos para diferentes actividades en el día, todo muta, todo es volátil. A veces, no nos damos cuenta; sin embargo, nuestra vida ha cambiado.
Si bien la vida cambia, aferrarse al pasado y rechazar lo que el futuro nos depara es un tema recurrente. Es decir, no importa cuántas veces añoremos algún hecho o momento, este no volverá.
Con esto, recuerdo al protagonista del libro El gran Meaulnes[1] del francés Alain Fournier:
Meaulnes, buscador de la felicidad, se aferró tanto al momento feliz; a un recuerdo en el rincón de las memorias placenteras, al enamorarse de una joven de inefable belleza en una recepción matrimonial en la cual entró como fisgón. Esta experiencia cambia su existencia para siempre. Sin darse cuenta, él comenzó a vivir solo para revivir ese recuerdo, sin ver hacia adelante. Cuando se reencuentra con su amada, de manera implícita, nos damos cuenta que el pasado no puede regresar, ya que es un recuerdo de lo que ya pasó. Podemos revivirlo en nuestra mente con riqueza de detalles, podemos degustar té y magdalenas, pero no volverá .
Meaulnes vivió aferrado a su pasado y a una deuda con Franz; uno de los personajes de la novela, a quien debe su “recuerdo feliz” y la promesa de buscar “juntos” esa felicidad; de aquellas que solo se pueden pagar con el honor y la propia sangre.
Meaulnes desperdició la oportunidad de ser realmente feliz al lado de su amada que llegó a reencontrar, por creer en una esperanza del pasado que jamás volvió; no obstante, encontró al final de la novela un camino hacia el futuro, cuando su amada muere y descubre que aún tiene “aventuras por vivir” al lado de su hija, que llega a conocer luego de un largo viaje en búsqueda de resarcir su recuerdo del pasado y su promesa a Franz. Meaulnes parte con su hija en brazos y se pierde en el horizonte a vivir el futuro.
¿Por qué tienen que pasar golpes en la vida para darnos cuenta de que pudimos ser felices? ¿Por qué el pasado tiene ese poder tan hipnótico de hacernos caer en esperanzas vanas de momentos felices que no volverán? ¿Somos tan ciegos que el pasado nos nubla la vista y perdemos la oportunidad de ver la luz al frente de nuestro sendero? La luz sí existe en la vida, pero esa luz es un momento feliz hacia adelante, que tiene una duración finita. No podemos retroceder para poder encontrar esa luz.
La felicidad es un momento que, mientras dure, debemos alcanzar y vivir a plenitud. Es la luz que aparece y nosotros corremos tras de ella hasta alcanzarla. No obstante, a veces somos como Meaulnes y vivimos aferrados al pasado, sin darnos cuenta de que no avanzamos y vivimos más en penumbra, con la esperanza en nuestra cabeza de la luz pasada, como luciérnaga que vuela alrededor de una ciénaga desolada y sombría en busca de otras como ella.
El pasado no volverá, estará vivo en nuestra memoria, pero siempre hay una esperanza de recuerdos nuevos tan o más felices que los anteriores, si estamos dispuestos a caminar hacia adelante. Tal era la idea de Fournier. Sin embargo, la Primera Gran Guerra le arrebató la oportunidad de plasmar las futuras aventuras de El gran Meaulnes.
[1] Le grand Meaulnes, en la lengua tradicional, el texto fue publicado por primera vez en 1913, en la edición Julio-Octubre de la Nouvelle Revue française, Paris.
lunes, 11 de agosto de 2008
La dualidad de Janus
Las personas no pueden controlar el amor y el odio sólo con su mente y raciocinio. Las almas se manifiestan, se alimentan y sobreviven a través de los sentimientos, todos ellos. Ignorar ciertas emociones provoca que nuestra alma esté incompleta, incluso a expensas de causar daño y destrucción sin desearlo, tanto a nosotros mismos como a terceros.
El ser humano está lleno de dualidades: amor y odio, egoísmo y abnegación, caos y orden, vida y muerte, luz y oscuridad. Dichas dualidades no representan extremos opuestos, representan manifestaciones del todo. La dualidad, como se ve en la concepción pan andina (reciprocidad y el ciclo) y en el karma hindú (relativismo del karma), es un círculo en el cual dichas manifestaciones son un punto en tal círculo; ya que es un punto en este, es una parte del todo y calificarlo a través de etiquetas positivas y negativas resulta en arbitrariedades y absurdos contradictorios, ya que la dualidad es como 2 caras de la misma moneda, 2 manifestaciones que parecen contrarias, no obstante, son cada vez más semejantes si estás son muy intensas.
Cortar un círculo en mitades iguales; negando un lado de círculo y exaltando el otro; limita la percepción, los sentimientos, los esquemas de pensamiento, las manifestaciones del alma. Es decir, negar un lado de círculo, para convertirlo en la mitad de uno. Ya que en un círculo, un punto es similar al otro al formar parte del todo, al negar ciertos puntos del círculo “negamos” puntos y enfoques, sentimientos y emociones que al encontrarse en puntos espaciales distintos podrían ofrecer un enfoque similar y diferente a la vez, es decir, opciones que no deberían descartarse ya estas tienen elementos que deberían considerarse.
Así como la mitad de un círculo nunca llegará a ser un círculo, ya que siempre será dentro de un estado de cosas la mitad de la cosa, deja de ser la cosa en sí para ser algo distinto, no obstante parte de algo más grande ya que el estado de cosas siempre no ha variado. De igual manera, se trata el alma al parametrar sus comportamientos y sentimientos, esta se convierte en algo distinto y limita su potencial y manifestación ¿a una media alma quizá? ¿Tal vez por ello el ser humano se siente incompleto al parametrarse a través de conceptos pre establecidos por la moral?
Abre tu mente y acepta la verdad: Un sentimiento necesita del otro; todo forma parte del todo. Ese es el camino que Janus nos muestra. Aceptar esta verdad es destruir viejos paradigmas y renovarlos por la integralidad ¿el ser humano está preparado para ello?
Magill Luminis